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ÁNGEL A PRISA
de José Abraham Guevara Chamorro, el jueves, 06 de enero de 2011 a las 14:15
Para Laura Rodríguez Rojas
Estaba en llegando el tiempo consumiendo la mitad de un día que por domingo su nombre tenia, se disponía el saeta a posar sus manos en maquina interactiva
esas que como cajas mágicas hacen resucitar seres que para uno estaban hundidos en la muerte del olvido, cuando sonó el aparatito con su emisión sonora emergiendo voz con prisa pero que en modo alguno impidieron endulzar al saeta sus oídos aquella angelical diatriba,
concertándose el encuentro con la voz femenina, siendo ella emisaria de las crónicas nuevas a publicar a futuro, en el umbral del portón de una muy cálida tarde irrumpió figura femenina con majestuosa aura derredor dando a los colores que nos brinda la naturaleza mayor intensidad y la belleza que apareció junto con la que ya estaba, juntas las dos fueron paraíso para mí, saeta no acostumbrado a los ángeles y tenerles en corta distancia.
una corriente mezcla de frió y calor a la vez recorrieron fulgurante el torrente sanguíneo del saeta, aquella figura se inclino con un beso cordial de protocolo que para el saeta era lo inmenso del cielo azul, con sus encantos a cuestas, inocente ella misma de ser una de las flores que nuestro hacedor realizo con el mayor esmero, siendo la obra paralizante a los ojos masculinos por su deslumbrante belleza,
con la máquina del tiempo devorando espacio sentados a corta distancian, belleza y saeta alternaron preguntas y respuestas para una crónica que al saeta ya no le importaba, sólo que fueran largos y muy duraderos aquel encuentro fortuito porque se sentía inmortalizado al lado de la heralda belleza,
aquel encuentro de mucha y vibrante emoción para el saeta llego a su fin para embargarlo de tristeza, el ángel que con figura femenina paralizara al saeta de pies a cabeza, se marcha a prisa dejando en él imperecederos recuerdos que ya en pocos segundos le enaltecen todo su ser, el ángel se fue a prisa a seguir regalando a ojos venideros se real belleza
Estaba en llegando el tiempo consumiendo la mitad de un día que por domingo su nombre tenia, se disponía el saeta a posar sus manos en maquina interactiva
esas que como cajas mágicas hacen resucitar seres que para uno estaban hundidos en la muerte del olvido, cuando sonó el aparatito con su emisión sonora emergiendo voz con prisa pero que en modo alguno impidieron endulzar al saeta sus oídos aquella angelical diatriba,
concertándose el encuentro con la voz femenina, siendo ella emisaria de las crónicas nuevas a publicar a futuro, en el umbral del portón de una muy cálida tarde irrumpió figura femenina con majestuosa aura derredor dando a los colores que nos brinda la naturaleza mayor intensidad y la belleza que apareció junto con la que ya estaba, juntas las dos fueron paraíso para mí, saeta no acostumbrado a los ángeles y tenerles en corta distancia.
una corriente mezcla de frió y calor a la vez recorrieron fulgurante el torrente sanguíneo del saeta, aquella figura se inclino con un beso cordial de protocolo que para el saeta era lo inmenso del cielo azul, con sus encantos a cuestas, inocente ella misma de ser una de las flores que nuestro hacedor realizo con el mayor esmero, siendo la obra paralizante a los ojos masculinos por su deslumbrante belleza,
con la máquina del tiempo devorando espacio sentados a corta distancian, belleza y saeta alternaron preguntas y respuestas para una crónica que al saeta ya no le importaba, sólo que fueran largos y muy duraderos aquel encuentro fortuito porque se sentía inmortalizado al lado de la heralda belleza,
aquel encuentro de mucha y vibrante emoción para el saeta llego a su fin para embargarlo de tristeza, el ángel que con figura femenina paralizara al saeta de pies a cabeza, se marcha a prisa dejando en él imperecederos recuerdos que ya en pocos segundos le enaltecen todo su ser, el ángel se fue a prisa a seguir regalando a ojos venideros se real belleza
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José Abraham Guevara Chamorro Esto siempre se dedica a la fortaleza con que irrumpe la juventud, máxime cuando esta acompañada de exquisita belleza y en incasable labor que esta ninfa realiza con mucho tesón y perseverancia en un camino muy justo al éxito en su carrera periodística.
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