28 de agosto de 2012

AQUÍ EN USO LA PALABRA...









Dedicado a mi amiga Elena Pereyra.

Me acerqué a tu espalda,
suavemente sin calzados,
muy sigilosamente, a hurtadillas,
como un experto ladrón,
desaté poco a poco los cordones
de tu corsé blanco, tú estabas
en trance de yoga, lejos del lugar,

de pronto giraste y me capturaste la
mano bandida, y me derribaste
de una certera mano, esposado me
llevaste a la comisaria, donde pusiste
la denuncia,

-vengo a interponer una denuncia-
¡Acuso a esté bandido¡
ha penetrado a mis aposentos
donde en un momento de relajamiento
me encontraba, aprovechándose de
manera silenciosa de querer desnudarme,

por ventura salí del trance a tiempo,
sorprendiendo en el hecho a éste individuo,
-lo he sorprendido con las manos en mi
corsé, desatando sus cordones,

-el policía interroga-
a ver usted bandido,
“Qué lo llevó a ese delito"
el reo contestó -el delito fue su
espalda, su bella espalda,
no pude contenerme de asaltarle,
soy culpable, esa hermosa espalda
de esa bella mujer, me hizo cometer
el delito-,

se firmaron los documentos,
el reo pasó a una celda,
y a esperar juicio por abuso,
la dama vestida de chaqueta
negra y espejuelos oscuros,
se fue diciendo - está es una
lección para éste bandido y,
también para el que intente
acercarse a mi espalda.


Abraham Guevara Chamorro.
 

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