7 de septiembre de 2012

Rayos

Un rostro que se cierra,
por la columna se baja,
y en los vientos su pared,
las brisas golpean el cerrojo,
donde el marfil huyó y,
dejó estelas de cobres.

Sol, ¡Qué rayos hirientes!
por las heridas los surcos de sal,
donde la idea no aparece y,
aparece su desconcierto,
donde el árido sitio dobla su testa.

Un rostro, qué va por las sombras,
esconde su piel dentro los poros,
lágrimas erupciones cautivas,
donde se inflama la materia que espera,
qué calles llenas y, ausentes.

Rostro, que amargo es su hiel,
vibra un mundo por sus cuevas,
ojos que tragan vidas ajenas,
y la rueda, rodando río abajo,
la arena del redondel su escenario.

Por: Abraham Guevara Chamorro

No hay comentarios: