10 de septiembre de 2012

Nadie espera...

Nadie espera,
hablar con el icono
despojando la memoria,
cuando ya nada falte
por el arcilloso suelo,
andaremos con la tea en la mano,

cuando la lluvia arrecia
en tu piel no habrá frío,
cuando tu cuerpo sea devorado
aún los entresijos de tu mente no,
retaras la noche y el hielo
vendrá en agua a tus pies,

de pie en el amanecer,
desde el sótano que niega la figura,
y los ríos entre las rejas de tus huesos,
y, de medusas las plantas,

nadie espera,
es lobo en el aullido del risco,
y cada encuentro nuevo,
cada viaje una aventura,
desoyendo los alientos de
la noche insurgente,

no mirar los ojos
cuando estén frente de ti,
dirás -que pobre hombre pequeño-
no mirar tus ojos,
están para verse,
no calcinen,
no destruir el acabado
y volver vacío,

nadie espera,
hablara fuerte sin voz,
todo viene en efugio,
acometido en la luz
de un día hasta morir
en la noche de un sueño.

Abraham Guevara.

  

   




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